El aliso no muestra siempre una extraordinaria belleza a primera vista: sus ramas son nudosas y están cubiertas de corteza partida. En invierno, este arbusto que puede crecer hasta los seis metros, parece un abuelete arrugado. Sin embargo en verano, cuando sus flores de color marfil brillan desde el verde exuberante de sus hojas, el aliso posee un sereno encanto que embrujaría a la mismísima Madre Hulda, personaje de leyenda y del cuento de los hermanos Grimm, en el cual este pequeño árbol era el hogar del «sacudidor de almohadas». Y los copos de nieve del cuento, que representan a la diosa germánica Holla, son las delicadas flores de este divino arbusto.
Directamente del árbol: una estrella en todos los aspectos
Ya sea en flor o en forma de frutos esféricos, la mejor forma de recolectar las umbelas del aliso es con unas tijeras, cortándolas justo en la parte inferior del tallo. Antes de utilizarlas en la cocina, retire las flores marrones y los posibles insectos con unas sacudidas. El cordial de flor de saúco es una bebida dulce y apreciada, fácil de hacer con flores de saúco, zumo concentrado de limón y azúcar. El fruto, por otra parte, solo debe consumirse maduro y cocinado. Puede hacer con él sabrosos zumos, gelatinas, mermeladas, helados y salsas con un especial y dulce aroma a hierbas. El saúco ha desempeñado un importante papel en la medicina durante siglos. En su jardín, el saúco se adapta bien entre setos de crecimiento libre, y es además un árbol que requiere pocos cuidados. Aquí proporcionará una valiosa sombra para el compost, y una buena poda será siempre bienvenida.