La primera señal para saber que una manzana está madura es que adquiere el color típico de su variedad. Otra forma de comprobar la madurez es la «prueba de torsión". Si gira suavemente el rabillo de la fruta, esta debería desprenderse de la rama fácilmente. Por último, debe comprobar si las pepitas son de color marrón. La prueba de sabor no es tan útil para los frutos de pepita. Después de la recolección, las peras necesitan unos días para liberar su aroma y, por ello, es mejor recogerlas cuando están duras. Además, muchas variedades de manzana, como la Jonagold, necesitan varios días de almacenaje después de la recolección para tener un sabor óptimo antes de ser consumidas.
Para almacenar frutos con pepita lo ideal es una sala oscura y fría con buena humedad. Es preferente que exista la posibilidad de ventilar la sala donde se almacena la fruta. Puede aumentar la humedad de la sala colocando depósitos de agua.
Cuando almacene fruta, asegúrese de que las manzanas o las peras no tienen bollos o marcas de insectos, y que no se han podrido. Las frutas de pepita podridas pueden «infectar" a otras frutas de su alrededor. Esto se explica porque la fruta de pepita podrida emite etilenos que hacen que las otras manzanas o peras maduren más rápidamente y puedan estropearse.
La fruta debería almacenarse en estantes para fruta o cajas planas. Las cajas pueden forrarse con virutas de madera o papel ondulado. Si se usan cajas más altas, recomendamos colocar cartón ondulado entre las capas individuales de fruta para evitar la aparición de bollos. Si se cubren las cajas con film perforado, la fruta no se secará tan rápidamente. También puede almacenar la fruta en bolsas de polietileno perforadas. En cualquier caso, debe inspeccionarse la fruta con pepita almacenada regularmente para poder quitar las manzanas o peras podridas rápidamente.