Árboles frutales
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Los árboles frutales son el hogar de muchos animales e insectos. Las abejas, en particular, se benefician del abundante néctar que se encuentra en los árboles frutales en flor.
Las flores de los árboles frutales son muy atractivas para muchos insectos, incluso a distancia. Las abejas silvestres y las abejas melíferas se sienten especialmente atraídas por el néctar rico en azúcar que proporcionan estas flores. Mientras comen y vuelan, las abejas tocan los estambres de la flor, recolectando polen que se adhiere a los pelos de sus cuerpos. Durante su ajetreado vuelo de flor en flor, transfieren este polen, desempeñando un papel vital en la polinización.
La germinación comienza cuando un polen que es capaz de fertilizar aterriza en el estigma de otra flor. Se forma un tubo polínico que crece a través del lápiz óptico hasta el óvulo en el ovario. Si las células germinales se fusionan, comienzan a desarrollarse nuevas semillas, rodeadas de tejido frutal y eventualmente forman frutos, como manzanas.
Las abejas solo se concentran en una especie de planta durante la totalidad de su vuelo. Una abeja nunca volaría de una margarita a un diente de león y luego a una flor de manzano. Este comportamiento es esencial para una polinización efectiva, ya que el polen de una especie no puede fertilizar las flores de otra.
Es bueno saberlo: Cuando bajan las temperaturas, solo unas pocas abejas melíferas alzan el vuelo. Los abejorros ya están activos a 4 ° C y juegan un papel clave en la polinización de los árboles frutales al comienzo de la temporada. Si los árboles florecen durante el clima frío y húmedo, la polinización puede ser limitada, lo que resulta en menos frutos en la cosecha.
La mayoría de las variedades de manzana no son autofértiles y requieren polen de otra variedad para producir frutos. Es por eso que siempre es una buena idea plantar varias variedades de manzanas que florezcan al mismo tiempo en su jardín o vecindario. Asegúrese de preguntar sobre la compatibilidad al comprar manzanos.
Los árboles frutales varían en altura y se clasifican como troncos de cuarto, medio o altos. Estos tamaños también influyen en la cantidad de fruta que producen cada año. Al plantar, asegúrese de considerar no solo el espacio que necesita el árbol para crecer, sino también cuánto espacio necesitará para la cosecha. Los árboles frutales columnares o en espaldera son excelentes opciones para ahorrar espacio en jardines más pequeños.
Las variedades de árboles frutales nativos e históricos ofrecen más que solo cosechas deliciosas, también son vitales para la biodiversidad:
Elegir la ubicación correcta es crucial para el desarrollo saludable de un árbol. Un lugar soleado con suelo profundo y bien drenado (¡sin encharcamiento!) es ideal. Si está plantando en un área recién desarrollada, asegúrese de aflojar primero la tierra, ya que los vehículos de construcción pesados a menudo compactan el suelo, lo que dificulta que se establezcan nuevas raíces.
Consejo: Envuelva las raíces de su árbol con malla de alambre antes de plantarlas para protegerlas contra los ratones de campo. A estos roedores les encantan las raíces jóvenes, y su mordisqueo puede matar un árbol al interrumpir la absorción de agua y nutrientes o incluso hacer que los árboles se caigan del anclaje debilitado.